Rosa

El día 23 de diciembre de 2020 a las 11:30 de la mañana el test de embarazo dio positivo y salía un mensaje en la pantalla, embarazada de +3 semanas.
Madre mía!!! Iba a ser madre!! No paraba de llorar, miedo,emoción y cómo decírselo a mi pareja…
Decidimos contarlo a todo el mundo, todos a su manera nos dieron la enhorabuena con algún que otro bocachancla que es mejor que estén callados, pero bueno.
Hago primera visita a la matrona y para salir de dudas me programa una ecografía para el 31 de diciembre y saber de cuanto estoy, porque hay pruebas que según de cuanto estuviera igual íbamos tarde o estábamos todavía a tiempo.

Me hacen la ecografía y me comentan que no se ve nada, que solo está el saco, que igual estoy de menos tiempo y que por eso no se aprece nada y me citan para el 14 de enero, una se queda en shock, y se pasa 14 días dando vueltas a todo, pero con la esperanza de que en la próxima se vea algo.
Llega el 14 y con todo el nerviosismo del mundo voy a la cita, y ahí me dan la peor noticia, no hay nada, en ese momento llore todo lo que había aguantado durante 14 días y le das vueltas a todo: por qué ha sido, qué ha pasado, qué he hecho mal.

Lo primero que te dicen es que claro la edad y que estoy gordita… En ese momento solo piensas en querer morirte, encerrarte en casa y no salir, no ver a nadie y llorar.
Te indican qué pasos hay que seguir y te dicen que para que pueda tener más posibilidades es mejor intentar una inducción al aborto de manera química. Lo haces en tu casa a solas, con tu pareja y que 14 días más tarde vuelves a hacerte otra ecografía.Te vas llorando porque eres humana y los sentimientos están a flor de piel y con la entereza que te queda vas a la cola para pedir cita y de repente te llama la enfermera, que se le ha olvidado decirte que te tienes que poner una vacuna, la del RH, por lo que otra vez a subir a la consulta, esperar, volver a salir y esperar otra vez la cola para coger la cita de la tocóloga.

Te vas a tu casa y no quieres hacer nada. En ese momento quieres meterte en la cama y no saber nada de nadie. Esa noche te tumbas y tu pareja te tiene que introducir esas pastillas para abortar. No puedo explicar el momento tan difícil, duro, pero lo haces. Pasé un infierno de noche: de dolor, sin dormir y hecha polvo.
Pasan 2 semanas vas a la prueba y te dicen que sigue ahí, que el saquito no se ha ido, que tienes que volver a repetir el proceso con lo que todo eso te está conllevando anímicamente. Vuelta a llorar y a hacer cola para coger cita. Y esa noche vuelta a reproducir el proceso y vuelta en otras 2 semanas.

Vuelves a la siguiente ecografía, y nada, que ahí sigue así que te dan cita para ir al Hospital y que te hagan un legrado. Otra vez salgo hecha polvo y con la cabeza que ya no sabes donde la tienes.
Al día siguiente de repente un sangrado brutal. Corriendo al Hospital, a Urgencias. Te miran y te dicen que ha sido un susto, que el saco sigue estando en su sitio y que de momento sigue programado el legrado para el lunes siguiente. ¡Ah! y se me olvidaba: a hacerte la PCR para ver que es negativo y que te pueden hacer el legrado.
Afortunadamente da negativo, así que a esperar.

Llega el 8 de febrero, llegamos al Hospital, te cambias y te tumbas en la cama y solo lloraba y agarraba la mano de mi pareja. A las 12 me llevan a quirófano, y ahí tengo que decir que quienes me atendieron fueron unos grandes profesionales, desde la enfermera que me sujetaba la mano mientras me dormía con la anestesia hasta el anestesista que me había traído oxígeno del Gorbea para ayudarme a estar fuerte durante el proceso. Todo acaba y me llevan a la habitación. Me duele todo el cuerpo. Ahí está mi chico esperando para darme su apoyo. Vuelves a casa e intentas reponerte de todo.

El 8 de marzo, voy al ginecólogo para ver qué tal está todo y, ahí, quien me atiende ese día en el ambulatorio tiene cero empatía, me llama gorda durante toda la consulta y me dice nada más entrar que por qué voy tan pronto si me han dicho que espere 6 semanas. Ya había esperado 6 semanas. Y para rematar me dice que me entrega la biopsia del material. Y una que es muy inocente pregunta si se sabe porque no se pudo formar, y la respuesta que recibo es que es algo muy común y no se va a malgastar el tiempo en esto.

Sales por la puerta pensando como una persona que trabaja con y para otras personas puede ser tan insensible y hacerte sentir tan hecha polvo. Mi estrella no nació, no llegó a formarse, pero durante unas semanas soñé con tenerla en brazos, con sacar adelante a esa personita que creías que estaba creciendo dentro de ti.
Sigo con ese sueño. Espero que llegue y poder disfrutar de todo el proceso que supone ser madre.

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