Querida HIJA:
Tu llegada a nuestras vidas nos llenó de alegría, de ilusiones, de planes de futuro.
¡NOS HICISTE PADRES!
Sin duda nacer en silencio, perderte… fue el golpe más duro que nos dio la vida. Nos tocó a nosotros.
No nos lo podíamos creer, todo iba tan bien… pero tu corazón se detuvo y nuestra vida se paro en seco. Nos tocó empezar una nueva vida, muy dura, con mucha amargura y mucho gris, pero nos hiciste GUERREROS.
Nos enseñaste lo que era ser padres sin tenerte en brazos y aprendimos como queríamos criar a tus hermanos, ¡¡gracias a ti!!
Durante el primer año la rabia, dio paso al dolor, ese dolor que solo saben como duele los que perdemos a un hijo. Duelo incomprendido y silenciado.
Ese dolor dio paso al AMOR, pero te seguimos echando de menos como el primer día, cuando vimos el positivo en el test y te imaginamos en nuestras vidas.
Hemos sido capaces de comprender que no somos ni seremos los mismos y que nos dejaste otros planes de futuro con los que no contábamos. También muchos regalos en forma de personas. Personas maravillosas que estaban cuando crecías en mi útero y otras que han aparecido cuando marchaste, para darnos claridad en nuestro día a día.
Sin duda hoy somos mucho más fuertes que hace 5 años.
Tu disfraz de estrella nos guía y sabemos que cuidas de todos y sobre todo de tus hermanos.
Es durísimo el día de tu cumpleaños, ese 12 de febrero donde no habrá nunca canciones de cumpleaños, velas ni tartas…. que triste es mirar a tus hermanos y pensar en todo lo que nos perdimos a tu lado.
Allá donde estés …. te queremos Lucía, siempre serás la hija mayor y siempre estarás en nuestro corazón.
Sigue brillando con tanta Fuerza y alumbrando el camino a esta familia que siempre re dará el lugar que te mereces como hermana mayor.
Siempre estarás a nuestro lado pequeña Lucía. Te queremos bailarina.
¡Gracias HIJA por hacerme MADRE!